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Se muestra resultados de una investigación en España sobre la reutilización cultural de la dieta mediterránea para elevarla a patrimonio inmaterial desde instancias políticas, las retóricas de la elaboración territorial, la gestión del proceso de inclusión y el impacto en la vida de los ciudadanos

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En los últimos años se está generando una nueva concepción de patrimonio, inmaterial e intangible, que concede el protagonismo a las prácticas sociales y simbólicas de los actores sociales, convirtiéndose estos en sujetos indispensables en el objeto patrimonial. En 2006 entra en vigor la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (PCIH) de la UNESCO, ofreciendo un nuevo marco de protección vinculante, con especial atención al protagonismo de la sociedad civil y de las comunidades directamente concernidas. La dieta mediterránea, con elementos comunes, diversos y dinámicos, aparece como objeto para la cohesión social, el diálogo y el desarrollo integral de los pueblos mediterráneos, configurándose como un espacio inmaterial de integración y de respeto a las diversidades.

El planteamiento de esta propuesta es mostrar cómo se ha reutilizado culturalmente la dieta mediterránea hasta elevarla a PCIH desde instancias políticas, el desajuste que se produce entre las instituciones y los ciudadanos y la reinterpretación de la tradición cultural y gastronómica de un territorio según criterios actuales. Mostraré las retóricas de la elaboración territorial del mediterráneo y de la dieta mediterránea, como se ha gestionado el proceso de inclusión por parte de instancias políticas de manera que se configura la dieta mediterránea como un patrimonio susceptible de ser protegido y el impacto en la vida de los ciudadanos a través de un estudio etnográfico. Los datos se han obtenido mediante trabajo de campo (incursiones intermitentes) en Madrid, Barcelona y Soria desde marzo de 2009 a septiembre de 2011.